En los últimos dos años, varias grandes aseguradoras como Allstate y State Farm redujeron sus negocios de seguros de hogar en California para evitar pagar miles de millones de dólares por los daños causados por los frecuentes incendios forestales.
Incluso, en buena medida, han suspendido de manera temporal la venta de nuevas pólizas.
Tal es el caso de propietarios como Beth Pratt, que sufren el impacto de incendios más periódicos y cercanos a su casa, ubicada en las proximidades del Parque Nacional de Yosemite.
Para prevenir, Pratt hizo inversiones que vaciaron sus ahorros, pero lo consideró necesario porque pensó que así tendría una casa resistente a las llamas de por vida.
Sin embargo, cuál no sería su sorpresa cuando supo que su aseguradora, de más de tres décadas, decidió no renovarle la cobertura.
Como ella, otros propietarios atraviesan por similar situación y es un tema que afecta no solo en California, advirtió un reporte de NPR (National Public Radio), servicio de radiodifusión pública de Estados Unidos.
Compañías de seguros de estados como Colorado, Luisiana y Florida también comenzaron a reducir su actividad para protegerse de las crecientes pérdidas, que provocan las catástrofes más intensas debido al cambio climático.
A principios de este mes, la rama de seguros de AAA anunció que no renovaría algunas pólizas de seguro de hogar de «alta exposición» en Florida.
Mientras, Farmers Insurance informó que dejará de ofrecer nuevos contratos en el sureño estado, donde tampoco renovará miles de los existentes, en parte debido al aumento de las pérdidas por huracanes.
Los científicos advirtieron que los efectos del calentamiento global causado por el hombre son irreversibles en la escala de tiempo y empeorarán en las próximas décadas.
Para Estados Unidos, el escenario que auguran los expertos en un futuro no lejano es el aumento del nivel del mar y huracanes más fuertes e intensos.
Por su parte, las sequías en el suroeste y las olas de calor (períodos de clima anormalmente caluroso que duran días o semanas) se volverán más graves y la temporada de incendios forestales será más larga.
Condiciones estas que no resultan tan ajenas porque se dice que comenzaron a asomar su oreja peluda.
Por ejemplo, actualmente el país muestra modificaciones en los patrones de precipitaciones, con un efecto desigual entre la lluvia y la nieve.
En algunos lugares experimentan un incremento de las precipitaciones e inundaciones y en otros, la extrema sequía.
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