La principal recomendación emitida desde junio pasado sigue siendo evitar la recolección de setas, porque hasta octubre crece la posibilidad de que estas sean venenosas, explicó la cartera.
No es el momento para recolectar ningún hongo silvestre, remarcó, mientras otros dos pacientes del municipio de San Juan Sacatepéquez, de esta capital, siguen hospitalizados por esa causa.
Estas plantas se reproducen en las zonas boscosas, debido a la temperatura y humedad, y las evaluaciones indican que muchas veces agarran las venenosas para comer, por confusión.
En su caso la acción de las toxinas es muy rápido, aunque parte de los síntomas tardan en desarrollarse y las manifestaciones pueden aparecer hasta los siete días.
El impacto de tal proceder, según los especialistas, produce diarreas, vómitos y puede llevar al fallecimiento.
Deteriora órganos del cuerpo, los pacientes ingresan a cuidados intensivos y se reducen los chances de que sobrevivan, advirtió la institución.
La historia de Guatemala está marcada también por brotes de intoxicación debido al consumo de hongos silvestres venenosos, mayormente por el género Amanita.
A nivel mundial, el país destaca en el tercer puesto por utilizar esta vía de alimentación, a partir de las tradiciones locales, de acuerdo con datos oficiales.
Cálculos evidencian que cada año ocurren ocho mil casos de intoxicación a causa del consumo de hongos silvestres, con un promedio de 10 víctimas fatales, de las cuales este territorio centroamericano registra la mitad.
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