“Hay una amenaza. Esta es una amenaza grave (…) Nunca había sucedido antes y ahora estamos entrando en una guerra civil”, afirmó durante una entrevista con la televisora británica Channel 4 News.
Olmert repitió su llamado a la desobediencia civil contra la alianza derechista que encabeza Benjamin Netanyahu.
La campaña está dirigida hacia “un gobierno que es percibido por una gran parte de la población como ilegítimo y que decidió amenazar los cimientos de la democracia israelí”, subrayó.
A principios de este mes, Olmert rechazó retractarse sobre sus llamados a la desobediencia civil, pese a las advertencias de pleitos judiciales en su contra, al tiempo que tildó de payaso al titular de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir.
Son los miembros de este gabinete los que hablan en términos radicales e intentan que seamos vistos como traidores por la opinión pública, subrayó entonces.
La situación en el país se tornó más explosiva ayer tras la eliminación en la Knesset (Parlamento) de la cláusula de razonabilidad, que permitía a la justicia israelí revisar y revocar decisiones gubernamentales.
La medida fue aprobada con el respaldo de los 64 legisladores que integran el bloque en el poder sin votos en contra porque la oposición se retiró en pleno del hemiciclo en señal de protesta.
Esa iniciativa es clave en la reforma que impulsa Netanyahu, que también restringiría la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes, al permitirle a la Knesset volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
El plan, además, permitiría al Ejecutivo de extrema derecha controlar el nombramiento de los magistrados.
Desde principios de año diversos sectores, desde médicos, universidades hasta sindicatos y reservistas, realizan protestas masivas en diversos puntos de la geografía nacional para denunciar la iniciativa, defendida por la derecha.
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