Solo las preventas de entradas colocaron al filme hollywoodense como el primero en ese rango en el país sudamericano y entre los mejores vendidos de los últimos tiempos.
Quienes ya la vieron afirman que es mucho más que la conocida y trivial historia de muñeca, pero el fenómeno en sí es el derrame comercial que lleva consigo.
En la compañía Movie, que aquí mayorea con Life las salas de cine en los grandes centros comerciales, en taquilla se vendió el combo completo de entrada, palomitas y refresco junto a un vaso especial con diseño Barbie y al costo de más de 200 dólares, que se agotó.
La moda también se pintó de rosa, color que iluminó por estos días de estreno el imponente Palacio Salvo, en la Plaza Independencia.
Las cadenas de tiendas de mayor renombre hicieron también lo suyo, con el lanzamiento de indumentarias que colorearon los escaparates uruguayos.
Con tales acompañamientos, Barbie luce sus colores y parece opacar a otra cinta muy promocionada por estos días y con la que comparte taquilla.
Se trata de Oppenheimer, escrita y dirigida por Christopher Nolan, que al menos en destellos no se acerca a la de la muñeca, por más que en su trama explote la bomba atómica.
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