El decreto, firmado la víspera y publicado este martes, dispone la movilización y participación de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas para reforzar y restablecer el orden y control interno de todos los centros de privación de la libertad.
Desde el fin de semana comenzaron los disturbios en la Penitenciaría del Litoral, el mayor centro de reclusión de la país, ubicado en Guayaquil y durante la madrugada de hoy se sintieron disparos y detonaciones allí adentro.
Esos incidentes han dejado, según fuentes oficiales, seis muertos y 11 heridos.
A su vez, el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) confirmó que 96 uniformados están retenidos por prisioneros en cinco prisiones, mientras reos de otras 13 penitenciarías se encuentran en huelga de hambre.
Se desconoce la situación de ambos grupos.
Desde el año 2020 las cárceles de Ecuador han sido escenario de múltiples masacres en las que más de 450 presos perdieron la vida como consecuencia de enfrentamientos.
El Ejecutivo atribuye esos motines a las disputas entre bandas criminales asociadas al tráfico de drogas por el control de las prisiones.
Estos sucesos se enmarcan en la crisis de seguridad de esta nación sudamericana, cuya tasa de homicidios en 2022 llegó a 25 por cada 100 mil habitantes, la más alta de su historia, y en 2023 van ya más de tres mil 500 asesinatos.
Lasso decretó este lunes estado excepción en las provincias de Manabí y Los Ríos, así como en el municipio Durán, en Guayas.
Esa es la décimo sexta vez que el mandatario adopta una medida similar, sin embargo, la inseguridad persiste en el territorio nacional.
Para este martes está prevista una reunión del Comité de Seguridad, donde deberán tomar medidas para frenar la ola de violencia.
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