A nivel global, las tasas más altas de ahogamiento ocurren entre los niños de uno a cuatro años, seguidos por los de cinco a nueve años, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
De ahí que en esta jornada se conmemore el Día Mundial para la prevención de los ahogamientos, con el objetivo de sensibilizar sobre este tema, que alcanza un alto costo humano, social y económico, siendo prevenible.
Estas pérdidas están relacionadas frecuentemente con actividades rutinarias como bañarse, recolectar agua para uso doméstico, viajar sobre el agua en embarcaciones y pescar, además del impacto de eventos climáticos extremos, como huracanes y monzones.
Otros factores de riesgo es dejar a un lactante desatendido o con otro niño en las proximidades del agua, consumo de alcohol cerca o dentro del agua, y ciertas enfermedades, como la epilepsia.
De acuerdo con los expertos, la mayoría de estas muertes se pueden prevenir mediante soluciones de bajo costo basadas en evidencia, como la instalación de barreras que controlan el acceso al agua, y enseñar natación y habilidades de rescate y reanimación.
También establecer y hacer cumplir normas seguras de navegación, transporte marítimo y transbordadores, y mejorar la gestión del riesgo de inundación.
En mayo pasado los delegados de la 76 Asamblea Mundial de la Salud adoptaron una resolución que exhorta a los gobiernos y organismos a acelerar medidas para la prevención de ahogamientos hasta 2029.
En el texto, la Asamblea solicita a los estados miembros que evalúen su situación nacional de ahogamiento, desarrollen e implementen programas relacionados y aseguren la planificación de políticas en una amplia gama de sectores para reducir los riesgos.
También insta a que promuevan la prevención de estos hechos mediante la participación comunitaria, el desarrollo de capacidades y la cooperación internacional.
lam/lpn