La ceremonia solemne, efectuada en la noche de este martes con la presencia del presidente Guillermo Lasso, tuvo lugar a puertas cerradas y con un aforo reducido en el Salón de la Ciudad.
El alcalde de la urbe costera, Aquiles Álvarez, reflexionó sobre lo difícil de dar un discurso en medio de tantos problemas y violencia.
“La única manera es estar juntos, trabajar de la mano y tener esperanza de los malos momentos», expresó.
El funcionario, que llegó al cargo hace unos dos meses, mencionó líneas de trabajo en las cuales se ha enfocado, y una de ellas es la seguridad, “para recuperar a los guayaquileños de la violencia”.
El mandatario también señaló que esta fecha se celebra, pero en medio de “luto y consternación” para todo Ecuador y condenó el asesinato el pasado domingo al alcalde de la ciudad de Manta, Agustín Intriago,
Reitero mi compromiso de trabajar con las autoridades locales en búsqueda de la paz, afirmó el gobernante en su intervención de unos 20 minutos, donde también mencionó la intervención hoy de la fuerza pública en la Penitenciaría del Litoral luego de tres días de disturbios.
Los motines en ese centro carcelario, el más grande del país y ubicado en Guayaquil, dejaron 31 muertos y 14 heridos, según informó la Fiscalía General del Estado.
Lasso mencionó, además, la situación vivida hoy en la norteña provincia de Esmeraldas, donde miembros de bandas criminales incendiaron vehículos, amenazaron con colocar artefactos explosivos en gasolineras, y lanzaron bombas molotov contra instituciones del Estado.
El jefe del Ejecutivo reconoció que el accionar de la delincuencia organizada y el narcotráfico, principalmente en localidades de la costa, es resultado del abandono estructural de la fuerza pública y enumeró las acciones que ha implementado su gobierno para frenar la delincuencia.
Sin embargo, no han dado resultado y en estos momentos el país se encuentra sumergido en una ola de violencia y crisis carcelaria sin precedentes.
Datos oficiales indican que Ecuador cerró 2022 con cuatro mil 823 homicidios intencionales, con una tasa de más de 25 por cada 100 mil habitantes, cifra más alta de la historia, y estimaciones indican que en 2023 ese número podría llegar a 40 asesinatos por cada 100 mil personas.
jha/avr