Solo en el primer semestre de 2023 las denuncias de tal delito alcanzaron las dos mil 527, según cifras oficiales recopiladas por el Centro de Estudios e Investigaciones Nacionales.
Contra igual periodo del 2022 representaron 268 motocicletas menos robadas, además la incidencia criminal evidencia un alza sostenida desde enero antes pasado.
El departamento de Guatemala marca la cabeza en la ocurrencia de estos hechos, mientras le siguen Escuintla, Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango e Izabal.
Sin embargo, la Plataforma para la Comunicación de Datos Estadísticos de Incidencia Criminal aporta un análisis que precisa el alerta a las distintas instancias del gobierno y población en general.
En junio último –señaló- fueron robadas 490 motocicletas, lo que significa un promedio de 16 cada día.
Para la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) el parque de esos vehículos cerró el pasado mes con dos millones 284 mil, por delante de los automóviles 865 mil 657 146 en el país.
La «epidemia» de los robos de motocicletas en Guatemala deja a diario familias en luto, sin importantes las historias de vida sobre ruedas, como que quien viaja es un joven que en unas semanas podría convertirse en papá.
Analistas del tema comentan que este flagelo tiene un impacto directo en el patrón de comportamiento de las personas, limita su convivencia pública, recreación y desplazamiento por ciertas zonas y horarios.
A las autoridades preguntan cuándo implementarán un plan efectivo para frenarlo, tanto como las extorsiones, robo de automóviles, de armas de fuego, furgones de mercancías y viviendas.
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