Mediante un comunicado, la agrupación indigenista calificó este momento como uno de los más críticos en el país luego del autogolpe de Estado de 1993, ya no “por medio del ejército”, sino a través de otras entidades estatales confabuladas, subrayó.
Ante el inminente riesgo de quiebre del sistema democrático sometido a severa presión previo, durante y después de la primera vuelta electoral, exigió que el MP y otros órganos cesen de utilizar la autoridad para promover el rompimiento del orden constitucional.
Winaq condenó además la persecución a la que se ha sometido al movimiento Semilla y a su dirigencia “por ilegal, espuria y violatoria de los derechos humanos, civiles y políticos garantizados en la Constitución y en el orden jurídico internacional”.
Demandó a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral que continúen con la defensa del sistema comicial y el orden democrático, mientras los exhortó a cumplir con su mandato de actuar con autonomía.
Llamó a los sectores sociales, académicos y pueblos a mantener la movilización como legítimo derecho de defender la democracia, las garantías constitucionales y el Estado de legalidad ante el inminente peligro en el que se encuentra, remarcó.
Winaq, de centroizquierda, constituido desde la pluralidad y retoma la filosofía “poder del pueblo”, conformó una coalición con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) para estos sufragios y obtuvo un asiento en el Congreso.
Esta nación ha vivido momentos de tensión tras interferencias antidemocráticas de la Fiscalía Especial contra la Impunidad en el intento de tirar de la carrera a Semilla, calificada de progresista.
La investigación abierta por supuesto fraude en la constitución de esa agrupación continúa su curso y amenazas, a pesar de amparo otorgado por la Corte de Constitucionalidad.
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