Para contribuir al cumplimiento de esos propósitos el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) publicó más detalles sobre su Observatorio Internacional de Emisiones de Metano, una iniciativa que tiene el fin de ayudar a los gobiernos a mermar las emisiones, en primer lugar en el sector energético.
La agencia señaló que cada vez más países reconocen la importancia de contener las radiaciones de metano, un potente gas de efecto invernadero que aporta al menos a una cuarta parte del calentamiento climático actual.
Su potencia es también más de 80 veces mayor que la del dióxido de carbono (CO2) durante los 20 años después de su liberación a la atmósfera.
Con esos cálculos, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático instó a disminuir las emanaciones de metano al menos un 30 por ciento para 2030 a fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
La información recogida se vincula a un proceso de notificación a las empresas que explotan yacimientos de petróleo y gas, y a los gobiernos de los lugares donde se producen las radiaciones.
Esto aumentará drásticamente la transparencia, por lo que ahora se comparten dichos datos con quienes pueden actuar para reducir las emisiones sobre el terreno, declaró el responsable del Observatorio, Mandredi Caltagirone.
Los expertos sostienen que la falta de regulación y de claridad sobre su impacto debe abordarse urgentemente si se pretende cumplir los objetivos climáticos globales.
La mitigación del metano no solo es una estrategia rentable para reducir el calentamiento global, sino que también podría mejorar la calidad del aire, ya que sus expulsiones aumentan más rápidamente que en cualquier otro momento desde la década de 1980.
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