Durante la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre seguridad alimentaria convocada por Estados Unidos, el representante de Washington centró sus comentarios en los efectos del conflicto en Ucrania y las acciones de Rusia en particular.
En el contexto de su presidencia este mes al frente de ese ente de la ONU, el titular de la diplomacia norteamericana exigió a los estados miembros medidas para que Rusia no use los alimentos como «arma de guerra».
Por su parte, el representante permanente adjunto de Rusia en ONU, Dmitry Polyanskiy, recordó la incidencia de Estados Unidos en muchas de las crisis alimentarias más agudas del planeta.
Estas, añadió, son directa o indirectamente provocadas por las acciones de la nación norteña y sus aliados o son consecuencia de sus políticas a largo plazo.
Según estimaciones de la ONU, no existe una escasez de alimentos técnicamente aguda en el mundo, el problema es su distribución desigual, insitió.
«Todo lo que les impulsa es el deseo de castigar a Rusia en sus sueños imposibles de infligirle una derrota estratégica», agregó el diplomático ruso.
Polyanskiy insistió en que el actual contexto es además resultado de la acumulación de suministros por Occidente mientras que los países en desarrollo lastran un déficit.
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