Los religiosos, junto Cáritas del Ecuador, iniciaron este jueves una campaña llamada “Laudato Sí a la Vida” a favor del referendo sobre el Yasuní, un área de la región amazónica considerada como uno de los sitios con mayor biodiversidad del planeta.
El monseñor Adalberto Jiménez declaró en rueda de prensa que como iglesia y como sociedad “estamos llamados a decirle sí a la vida, sí al Yasuní”.
El obispo del cantón Aguarico denunció que los ríos de la provincia Orellana, de donde él proviene, están contaminados con metales pesados y afirmó que el índice de cáncer provocado por el crudo y la minería afectan las comunidades del área.
Las autoridades eclesiásticas recordaron una serie de mensajes emitidos por el papa Francisco y el papa Benedicto XVI con el objetivo de promover la preservación ambiental.
En la misma línea, el padre José García, secretario ejecutivo de Cáritas Ecuador, se refirió a la necesidad de buscar alternativas económicas “que beneficien a las personas y no a las grandes empresas”.
Aunque desde que comenzó a funcionar en 2016 el denominado Bloque ITT 43, en el Yasuní, no se reportan derrames, organizaciones sociales promueven dejar el crudo bajo tierra.
Los ecuatorianos deberán decidir el próximo 20 de agosto, conjuntamente con las elecciones presidenciales y legislativas, si detienen la extracción en ese campo, que según el Gobierno genera ingresos al fisco por alrededor de mil 200 millones de dólares.
Ambientalistas, en particular los libros del colectivo Yasunidos, promotores de la consulta, consideran que en realidad los beneficios económicos son menores a esa cifra.
En ese espacio de la selva amazónica, ubicado a unos 300 kilómetros al este de Quito, la contraposición de intereses ambientales y económicos ha sido muy pronunciada desde hace más de una década, cuando aún estaba en proyecto la construcción del campo petrolero.
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