Este viernes un nuevo operativo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, enmarcado en el estado de excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso, encontró armamento, explosivos y municiones en esa institución, ubicada en la ciudad costera de Guayaquil.
Allí mismo, la víspera, los uniformados hallaron, durante otro operativo, un estanque con cientos de tilapias y en las celdas de distintos pabellones también había patos, una granja de pollos, perros, electrodomésticos, así como consolas de videojuegos.
La prensa local mencionó que en los últimos tiempos tras las rejas se han celebrado cumpleaños por todo lo alto, como el de Adolfo Macías, alias Fito, líder de la banda narcodelictiva Los Choneros.
Esas excentricidades se unen al enorme arsenal y equipos de alta tecnología decomisados a los reos, inclusive en áreas consideradas de máxima seguridad.
Los militares informaron del hallazgo de 740 cartuchos de varios calibres, 139 celulares y radios de comunicación, 25 mil gramos de sustancias sujetas a fiscalización, y dos mil dólares en efectivo.
A eso se suma que hoy en la madrugada encontraron un fusil, 15 pistolas de diferente calibre, municiones, teléfonos celulares, drogas y más radios.
Las autoridades reportan los objetos incautados a los prisioneros, pero no explican cómo entra todo eso a los centros de internamiento, ni quiénes son los responsables de un problema ya recurrente en el sistema penitenciario, administrado por el Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI).
En oficinas de esa institución dentro de la Penitenciaría del Litoral los policías y militares descubrieron este viernes drogas, explosivos, fusiles y dinero, confirmó la Fiscalía a través de su cuenta oficial de Twitter.
Ese penal es considerado el más peligroso del país, donde las masacres de los últimos dos años han dejado allí unos 200 muertos, la más reciente tuvo lugar la semana pasada y fueron asesinados 31 prisioneros.
Para el excomandante de la Policía Nacional, Ramiro Mantilla, la dinámica de los últimos dos gobiernos, de Lenín Moreno y Guillermo Lasso, evidencia la falta de una política penitenciaria.
No se cambió el modelo de gestión y la gobernanza criminal es superior a la presencia del Estado en los centros carcelarios, señaló Mantilla en una entrevista a la emisora local Radio Pichincha.
El agente en servicio pasivo comentó que, como otros ecuatorianos, esperan el fin de este Gobierno y que el próximo Ejecutivo tome las riendas de este sector, aunque lamentó que los candidatos no hablen de prevención social o comunitaria como forma de frenar el delito y delincuencia.
Actualmente, la principal preocupación de los ecuatorianos es la inseguridad y los hechos de violencia que no sólo se dan dentro de las cárceles, sino también en las calles.
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