Un reciente informe de agencias de las Naciones Unidas advirtió que el impacto del fenómeno El Niño en la producción agrícola no solo agravaría el alza de los precios, sino que también incrementaría la inseguridad alimentaria.
Esa situación fue abordada por el Diario El Mundo en un reportaje que en un plano más reducido indicó que más de 100 cooperativistas están impactados por la falta de lluvia.
El panorama es desalentador para las familias de la cooperativa Las Tablas, en Chalchuapa, Santa Ana, tras perder ya el 40 por ciento de su producción de maíz, debido a la falta de lluvias, según datos de los afectados.
Álvaro Portillo, miembro de la cooperativa citado por el diario detalló que de maíz producen cerca de 60 quintales por manzana y 40 de frijol, es decir, más de 15 mil 800 y 10 mil 500 quintales por grano, respectivamente.
Existe “un panorama claro de que con esto del cambio climático nuestras familias se van a ver duramente afectadas y vamos a caer seguramente en la inseguridad alimentaria», comentó.
«La falta de lluvia y esos periodos largos nos preocupa porque nos están diciendo que el otro año va a ser peor, al menos para nosotros que estamos en el Corredor Seco. La pregunta es: ¿Cómo van a subsistir estas personas, si las posibilidades que tienen ahorita son bien mínimas? Son 280 familias las que viven de la agricultura en la cooperativa», manifestó Portillo.
Para muchos de estos trabajadores del campo la opción ante las pérdidas es la corta de caña, pero los cañaverales también se están dañando y eso también afecta porque pagan por tonelada, indicaron.
Para la mayoría de los afectados hay una opción: que el gobierno ayude con un subsidio para la agricultura ante el impacto de los fenómenos climáticos.
La situación, mirando los ejemplos, es críticas para muchas familias pues donde esperaban sacar 16 quintales de frijoles para venta y consumo solo sacarán siete.
El problema es aún más complejo para aquellas familias que sacan créditos bancarios para trabajar la tierra y ahora se preguntan cómo y con qué van a pagar.
El informe de las agencias de ONU indicó que la merma en las cosechas de granos básicos en 2023 podría reducir las reservas de alimentos para consumo y venta, aumentando la dependencia del mercado de 1.9 millones de pequeños agricultores de Centroamérica.
«Y si Dios lo permite y el invierno sea más estable», podría sacar utilidades porque las matas de frijol se cargarían más de lo que ahorita tienen, es un ruego que se escucha de Portillo y en cientos de hogares del campo salvadoreño afectados por la sequía.
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