Según la Organización no Gubernamental, en igual fecha del pasado año se contabilizaron 66 fallecidos por la ola de violencia que afecta a esa minoría en este país levantino.
El diario The Times Of Israel reportó que la última víctima mortal fue un palestino de 20 años acuchillado esta madrugada en el campamento de refugiados de Shuafat, ubicado en las inmediaciones de la zona ocupada de Jerusalén Este.
Horas antes, falleció un hombre de 43 años por las heridas recibidas en un tiroteo el lunes último en la norteña localidad de Shfaram debido a una disputa criminal, según la policía.
El pasado mes fue baleado Mehran Ouiasi, hijo del teniente alcalde de la ciudad de Nazaret, Muhammad Ouiasi. El hermano de Mehran, Rouad, fue asesinado en marzo último y su primo, Abdelkader, también en julio.
Iniciativas de Abraham citó entre las causas que contribuyen a este fenómeno al desempleo y la pobreza, pues la mitad de todas las familias árabes sufren ese último flagelo.
Cada una de estas víctimas fue el resultado del crimen rampante y la violencia que prolifera en ausencia del Estado, denunció en su último informe sobre el tema, publicado en julio.
Asimismo, criticó el trabajo del ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, porque no “maneja este tema con seriedad o profesionalidad”.
En cambio, lanza soluciones populistas de cuento de hadas y se absuelve de responsabilidad, afirmó la ONG al cuestionar varios de sus proyectos como la creación de la Guardia Nacional y los arrestos administrativos, que permiten detener a personas sin órdenes judiciales.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad ellos suman 1,9 millones de personas, casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
Una encuesta realizada en marzo del pasado año reveló que el 94 por ciento de los árabes que viven en Israel sufrieron en alguna ocasión el racismo y la discriminación de la mayoría hebrea.
Según la investigación del Centro para la Religión, la Nación y el Estado, el 69 por ciento dijo ser objeto de racismo y discriminación en lugares públicos, mientras el 41 por ciento lo fue en instituciones académicas.
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