Resultan carencias que suple el consumo de carne y ocurre en un país donde el número de vacas triplica a las personas y la industria cárnica provee el segundo producto de exportación nacional.
La cátedra de Neonatología de la Universidad de la República (Udelar) encabezó una investigación en el hospital Pereira Rosell que da cuenta de la faltante de nutrientes claves en los recién nacidos, vinculado a la mala alimentación de sus madres.
El estudio concluye que los “efectos negativos pueden persistir hasta la vida adulta incluso luego de la administración de suplementos».
Así lo aseguró al diario El Observador el profesor Mario Moraes en la publicación de los primeros resultados del estudio que empezó a gestarse hace más de un lustro.
Un niño apático, que se distrae y aburre en clase, o que le cuesta aprender a leer y escribir, o que a veces tiene convulsiones puede que, en el fondo, haya tenido una deficiencia de vitamina B12 cuando era un neonato, consigna la publicación.
Añade que la cátedra de Neuropediatría demostró que algunos bebés uruguayos que superan el año y medio de vida tienen alteraciones en su cerebro por la faltante de esta vitamina que, de manera natural, solo está en carnes y lácteos.
Son niños que no se sientan solos, que les cuesta sostener la cabeza y a veces padecen temblores repentinos, detalla.
Un escenario similar ocurre con la carencia de hierro (ferritina), que como señaló la coautora Florencia Ceriani, profesora adjunta de Nutrición, es esencial para transportar el oxígeno en el cuerpo humano y algunos procesos básicos de las células.
Es otro nutriente que, como la vitamina B12, tiene su principal fuente en la alimentación carnívora.
La carencia, según la investigación, tiene que ver con las condiciones de vida de la gestante.
Cuatro de cada 10 investigadas no alcanzaba la ingesta mínima de vitamina B12 y de ferritina recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Se trata, en la mayoría de los casos, de «una muestra de inequidad», subrayó el impulsor de la investigación y excatedrático de Neonatología, Daniel Borbonet.
En línea con tal conclusión el estadístico Juan Pablo Ferrerira, docente de la Udelar, hizo un análisis de porcentaje de pobreza infantil en Montevideo.
Y encontró zonas donde más del 60 por ciento de los «pibes» son pobres.
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