De acuerdo con David Anthony, miembro de la delegación de Estados Unidos, el certamen fue espléndido y seguro con los más altos estándares.
«Mis recuerdos especiales son de la gente, conocí a muchos voluntarios y personal maravilloso con actitudes acogedoras y sonrisas», dijo al canal chino CCTV.
Según el esgrimista húngaro, Fruhov Benjamin, esta fue una gran oportunidad para crear una red internacional dentro del deporte y conocer personas que estudian algo similar.
En opinión de Svea Thamsen, miembro de la delegación alemana, la experiencia en la Universiada fue «realmente emocionante y conmovedora».
«Con atletas de todo el mundo, hubo un sentido de trabajo en equipo y competimos entre nosotros, pero también nos animamos mutuamente, por lo que era una atmósfera armoniosa de unidad», comentó.
Organizados en Chengdu, capital de la provincia suroccidental china de Sichuan, los 31 Juegos Mundiales Universitarios recibieron a unos seis mil 500 estudiantes-atletas de 113 países y regiones, quienes compitieron en 18 deportes.
China superó los 100 títulos y dominó con facilidad la tabla de medallas, con 103 de oro, 40 de plata y 35 de bronce.
Chengdu fue la tercera urbe del gigante asiático en ser sede de una Universiada, pues antes se realizó en Beijing (2001) y Shenzhen (2011).
Estos juegos de verano son una reunión deportiva patrocinada por la Federación Internacional de Deportes Universitarios.
Antes de su apertura el 28 de julio pasado, el presidente chino, Xi Jinping, consideró que el deporte puede reunir energía positiva para que el mundo aborde conjuntamente los desafíos globales y construya un futuro mejor a través de la cooperación.
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