De acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores, la medida entrará en vigor a partir del 30 de septiembre y será válida para quienes ostenten un pasaporte ordinario.
Este paso se corresponde con el anuncio realizado por el primer ministro Fumio Kishida al presidente de la nación latinoamericana, Luiz Inácio Lula da Silva, el pasado 20 de mayo en Hiroshima.
“En el año en que se celebra el 115 aniversario de la inmigración japonesa a Brasil, se espera que las medidas de exención de visado adoptadas por ambos países profundicen aún más el intercambio humano, cultural y económico, y estimulen el sector turístico”, versa el comunicado.
Basado en los principios de reciprocidad e igualdad de trato entre los estados, los nacionales nipones tampoco requerirán un permiso de viaje para Brasil durante los próximos tres años, informó la víspera la Cancillería del gigante sudamericano.
Alrededor de dos millones de personas conforman la comunidad “nikkei” (emigrantes de origen japonés y su descendencia) en Brasil, la mayor de su tipo en el extranjero.
Ambas naciones establecieron nexos diplomáticos en 1895 y mantienen sólidas relaciones de amistad, así como una asociación estratégica global.
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