Hasta la noche del jueves se confirmó la muerte de 53 personas, y según las autoridades, tardarán días y semanas para la recuperación de los restos de los fallecidos, sobre todo en la ciudad de Lahaina, en el condado West Maui.
Algunas de las víctimas se lanzaron al mar en medio de la desesperación tratando de resguardar sus vidas.
Los expertos aseguran que el fuego lo provocó una sequía inusual y lo avivó el huracán Dora, que se desplaza en el área.
Para el gobernador de Hawai, Josh Green, estos incendios serán probablemente el mayor desastre natural de la historia del estado.
«Este es un día trágico para todos en Hawai y en el país. Nuestros corazones están con las familias de las víctimas y los supervivientes que están sufriendo el desastre natural más mortífero que el estado ha visto en generaciones», subrayó.
El presidente Joe Biden declaró la víspera la emergencia por la grave catástrofe y prometió que la respuesta federal garantizará que «cualquiera que haya perdido a un ser querido, cuya casa fuera dañada o destruida, recibirá respaldo inmediatamente».
La ayuda puede incluir subvenciones para viviendas temporales y reparaciones en el hogar, ciertos préstamos para cubrir las pérdidas de propiedad y otros programas para los dueños de viviendas y negocios, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Biden habló ayer por teléfono con el gobernador Green, a quien le «expresó sus profundas condolencias por las vidas perdidas y la vasta destrucción de tierras y propiedades», añadió.
Decenas de personas resultaron heridas también y se calcula que más de mil estructuras fueron quemadas allí.
Solo en la costa de Lahaina la destrucción es alarmante; edificios de madera en un centro de la ciudad, que datan del siglo XVIII y que se encuentran en el Registro Nacional de Lugares Históricos, fueron reducidos a cenizas.
A Hawai, un archipiélago volcánico del Pacífico central, lo identifican siempre por sus paisajes paradisíacos.
Los científicos asocian al cambio climático la ocurrencia de fenómenos como este y aseguran que estos desastres revelan cómo ningún lugar es inmune al problema.
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