La jornada abre tradicionalmente con una procesión por el centro histórico, recorre la avenida Simeón Cañas y calles contiguas sobre alfombras de aserrín y flores, así como juegos pirotécnicos, a su paso, hasta que culmina con una misa oficiada en la Catedral Metropolitana.
Familias completas aportan sus iniciativas e incluso acompañan la caminata por los parques de Jocotenango, San Sebastián y el Sauce, el santuario de Guadalupe, la iglesia La Recolección, finalizando con el honor a La Asunción.
Cada 15 de agosto el homenaje a la virgen iniciaba con un rezado, luego carreras de caballos, demostraciones de ganado, fiestas en los barrios y en los salones para la aristocracia, según contó el historiador e intelectual Celso Lara.
Tras el terremoto de Santa Marta en 1773, la destrucción de Santiago de los Caballeros, y el cuarto cambio de la ciudad, después de la misa el centro de la festividad se traslada al Hipódromo del Norte, sede de la Feria Alegre de Jocotenango.
El espacio consiguió relevancia a partir de 1800 al ir más allá de lo religioso y convertirse en una práctica social, económica y comercial que atrae a cientos de visitantes.
El presidente del país (1926-1930), Lázaro Chacón, a través de la Secretaría de Gobernación y Justicia, emitió un acuerdo el 10 de julio de 1928 donde nacionalizó la Feria e instauró oficialmente el 13, 14 y 15 de agosto de cada año para su celebración.
El evento promueve juegos mecánicos, sobre todo para niños, ventas de artesanías y otras atracciones como el Mapa en Relieve, construido por Francisco Vela Irisarri en 1905 y considerado una obra de ingeniería única.
Dentro del hipódromo, completan la fiesta juegos de lotería, tiro al blanco y ofertas de lo mejor de la gastronomía típica en más de 200 puestos de venta instalados.
Destacan los elotes (mazorca de maíz hervida) o los elotes “locos” (con salsa de tomate, mayonesa, mostaza y queso seco), las rosquillas, dulce de coco, canillitas de leche, bolitas de tamarindo, molletes, buñuelos y chuchitos (un tipo de tamal).
Otros municipios de la capital dedican su fiesta patronal a la Virgen de la Asunción como Mixco, San Miguel Petapa y San Raymundo.
La veneran también Cantel (departamento de Quetzaltenango), Tactic (Alta Verapaz), Chiquimula (Chiquimula), Nebaj (Quiché), Colotenango (Huehuetenango), Tacaná (San Marcos), Joyabaj (Quiché), Jocotenango (Sacatepéquez), Asunción Mita (Jutiapa) y Petén.
La iglesia católica celebra en esta fecha El Recuerdo de María que conmemora su entrada al cielo en cuerpo y alma, lo cual termina su vida terrenal y representa esperanza para muchos pueblos.
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