La ONG Save the Children, entrevistó a familias de seis provincias del país, un total de mil 207 adultos y mil 205 niños y estimó que el 38,4 por ciento de los menores trabajan, mientras que en el 12,5 por ciento de los hogares los hijos emigran en busca de un empleo.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que uno de cada 10 niños afganos tiene un empleo.
El director de Save the Children en Afganistán, Arshad Malik, advirtió que «el hecho de que se empuje a los niños y niñas a prácticas inseguras, como el trabajo y la migración, debería causar conmoción en todo el mundo».
El hambre es también una constante, hasta el punto que el 76,1 por ciento de los niños reconocen que comen menos que hace un año, en parte víctimas de una sequía, la peor en tres décadas, que afecta al 58 por ciento de los hogares, indicó la ONG.
Save the Children llamó a la Comunidad Internacional a devolver la ayuda humanitaria a Afganistán y a priorizar los derechos de la infancia, especialmente el derecho de las niñas a la educación.
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