Versiones sobre un alza de los precios de los carburantes que pondría por los cielos la inflación que soportan los nigerianos más desfavorecidos, echaron leña al fuego de la situación política marcada por el choque del mandatario con el líder opositor Atiku Abubakar, que lo acusa de fraude electoral.
La tranquilizadora declaración del mandatario responde a advertencias de comercializadores de combustibles que predicen un aumento en los precios, el tercero desde que Tinubu asumió las riendas del país en mayo pasado.
De su lado la compañía petrolera estatal difundió un comunicado a través de las redes sociales en el cual asevera que “no hay intención de poner en vigor los aumentos de precios en las estaciones de servicio que tantas especulaciones despiertan”.
Como parte de su estrategia antigubernamental Abubakar convoca frecuentes protestas callejeras contra el aumento de los precios de los artículos de primera necesidad, provocado por la retirada de los subsidios a los combustibles, a pesar de que carecen de la autorización oficial.
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