De acuerdo con el diario La Prensa, las protestas anunciadas para finales de este mes responden a las promesas incumplidas en materia salarial, así como la falta de insumos y medicamentos en los centros hospitalarios del país.
Entre los primeros que alzaron su voz está la Federación de Médicos Residentes e Internos (Fenameri), organización que exigió mejores condiciones laborales y solucionar el desabastecimiento.
Según el presidente de Fenameri, Víctor González, de no recibir respuesta satisfactoria el 31 de agosto y 1 de septiembre irían a una una huelga de brazos caídos de seis horas.
Otro grupo de profesionales que denuncia irregularidades en el sistema público de salud y exigen la remuneración de los turnos y pagos de las horas laborales es la Asociación Nacional de Enfermeras de Panamá (ANEP), indicó el rotativo.
“Los mismos pacientes han salido a manifestarse. Se requieren medicamentos e insumos para dar una mejor atención”, señaló la titular de ANEP, Elidya Espinosa.
Espinosa solicitó al ministro de Salud, Luis Francisco Sucre; al director de la Caja de Seguro Social (CSS), Enrique Lau; y al ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, una mesa de diálogo para que puedan escuchar las exigencias y disconformidad que mantienen las enfermeras en el país.
También la Asociación Nacional de Funcionarios Administrativos de la Caja de Seguro Social (Anfacss) están en estado de alerta debido a la escasez de recursos humanos y medicinas en hospitales y policlínicas.
El dirigente de la Anfacss, Luis Lee, resaltó que existe una mesa de negociación con las autoridades de la CSS, pero no han ofrecido respuestas concretas.
Por su parte, las autoridades establecieron espacios de dialogo con los sectores protestantes para evitar que se agrave la crisis, pero aún sin los resultados esperados.
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