FotosPL: Roberto Francisco Campos
Considerado por muchos expertos como uno de los deportistas submarinos mejor preparados y calificados, ahora abandona una larga estancia en los Estados Unidos para trabajar en su nación de origen.
Pipín Ferrera, como más se le conoce, confesó a Prensa Latina que vive hace cinco años en la isla y está cargado de planes para su especialidad.
Ahora representa, para el campeonato mundial de fotografía sumergida (8-14 de octubre próximo, Varadero), a la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS), entidad fundada en 1959.
Dijo que este es el principio de muchos eventos que tiene la idea de organizar como la Copa del Mundo de Fotografía que será en Playa Girón (sur-occidente).
Explicó que se trata de un certamen por invitación, cuando para esa siguiente ocasión contará con más tiempo (año próximo) para prepararlo, y la posibilidad de que asistan de 120 a 140 fotógrafos, incluyendo un equipo de cinco campeones cubanos.
También planea el Campeonato Mundial de Apnea que se iba a celebrar este año aquí, pero se trasladó, con la presencia de 160 campeones mundiales que esperan regresar a Cuba el próximo año para los eventos sumergidos.
Pipín Ferrera, quien tenía una escuela de buceo exitosa en Miami, Estados Unidos, y en República Dominicana, creó ahora un campamento de buceo en agnea en Playa Girón, que será internacional –comenta- lugar donde será la sede del próximo campeonato mundial y la sede de la copa de campeones en 2024.
Este deportista nació el 18 de enero de 1962 en Matanzas, es un buzo de inmersión libre o apneísta cubano nacionalizado estadounidense, que consiguió su primer récord de buceo libre sin límites el 16 de noviembre de 1989 al lograr descender a una profundidad de 112 metros (m).
De esta forma se convirtió en el sucesor de Enzo Maiorca (Italia) y Jacques Mayol (Francia), quienes rivalizaron en este deporte durante las décadas de 1960 y 1970.
En 1994, Pipín viajó a Italia para realizar una exhibición, lugar en donde conoció a su competidor Umberto Pelizzari. Tras su viaje a Europa, decidió establecerse en Florida, Estados Unidos.
Para 1996 viajó a Cabo San Lucas para intentar romper sus propias marcas. En 1998, ambos lograron descender a una profundidad de 115 m en Gran Caimán, sin embargo la marca no fue oficial para las autoridades deportivas.
El 12 de octubre de 2003, Pipín descendió a 171 m, la inmersión duró dos minutos y treinta y ocho segundos, de acuerdo con los datos por telemetría las pulsaciones de su corazón disminuyeron a 20 por minuto (datos de la enciclopedia cubana Ecured).
ro/rfc