Citada por medios periodísticos, la defensa de Bolsonaro alega que las alhajas eran regalos de pertenencia personal, lo que le daría el derecho de comercializarlas si quisiera.
Ante tal escenario, el staff jurídico del exmilitar pedirá al Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) las prendas entregadas por él al órgano, en marzo.
En la ocasión, el TCU abrió una investigación para saber si los caros aderezos recibidos de regalo por Bolsonaro en un viaje oficial a Arabia Saudita, cuando aún era presidente, deberían haber sido entregados al patrimonio público o considerados de propiedad privada.
«Por iniciativa de la defensa, las joyas fueron entregadas al TCU hace algunos meses. Esto demuestra que nunca hubo la intención de Bolsonaro de apropiarse de algo que no le pertenecía», aseguró el jurista Paulo Cunha.
Se entregó a esa corte un reloj de la marca Rolex con diamantes incrustados, gemelos (empuñaduras), collares, pendientes, bolígrafos y un anillo.
El propósito de recuperar las costosísimas piezas están en línea con los argumentos de la defensa de que Bolsonaro no cometió delito al intentar venderlas en el extranjero, refiere el periódico O Tempo.
Los abogados sostienen que los objetos presentados fueron catalogados por el departamento de documentación histórica de la Presidencia y dirigidos a su acervo personal.
Esto le daría autonomía para dar el destino que quisiera a las joyas, incluso la venta, siguiendo reglas previstas en ley y decreto.
La misma legislación, sin embargo, establece que la preferencia de compra es de la Unión, y la venta en el exterior solo puede ocurrir después de la manifestación expresa de la misma Unión, lo cual no habría ocurrido en el caso de las prendas.
Fuentes del TCU respondieron que el exmandatario de tendencia ultraderechista no tiene ninguna posibilidad de recuperar las joyas que entregó a la corte en marzo.
El jurista Cunha confirmó a la columnista Monica Bergamo, del diario Folha de Sao Paulo, que va a pedir la devolución de las prendas, al alegar que entiende que son de su cliente, Jair Bolsonaro.
Analistas entienden que con esta demanda se trata de abrir una nueva acción y el TCU no debe devolverlas por dos motivos.
Primeramente, porque no están en el tribunal, sino en la Caja Económica Federal. Una segunda razón sería la comprensión de que los bienes son patrimonio público, no personal de Bolsonaro.
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