La agresión ayer contra las personas presentes en el lugar representa un acto de fascismo y terrorismo, así como una violación de la libertad de culto, señaló el funcionario en un comunicado.
Fattouh acusó al gobierno ultraderechista de Benjamin Netanyahu de incendiar la región para provocar un estallido.
Al respecto, aseguró que las repetidas incursiones de la policía y de los colonos extremistas en ese lugar y los ataques a niños, mujeres y ancianos constituyen una provocación para millones de musulmanes.
Asimismo, criticó el silencio de la comunidad internacional ante tales crímenes al tiempo que llamó a sentar a Israel en el banquillo de los acusados.
La Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra Al Aqsa, es venerada tanto por musulmanes, que la llaman Noble Santuario, como por judíos, que la conocen como el Monte del Templo.
Israel ocupó la zona oriental de la metrópoli en la guerra de 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
De hecho, en 1980 las autoridades israelíes declararon a toda la urbe como la capital eterna e indivisible del país, una postura rechazada por la comunidad internacional.
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