Durante la sesión el miembro del bloque Lealtad a la Resistencia Hassan Fadlallah insistió en la necesidad de dar seguimiento a la investigación a fin de responsabilizar y recuperar los fondos saqueados del pueblo.
El diputado consideró importante también los procedimientos a tener en consideración por el Banco Central y el resto de los organismos estatales para evitar la reincidencia de los delitos, así como la adopción de las reformas necesarias, incluyendo la modificación de leyes o la aprobación de otras nuevas.
A su criterio, el problema no está en la presencia de informes o en la falta de datos, sino en la existencia de una autoridad judicial que está sujeta principalmente a consideraciones políticas.
Sobre este tema, llamó al Ministerio de Justicia a trasladar estos expedientes y juzgar a los magistrados por su conciencia profesional en interés del dinero público y del país.
Tras el debate, el presidente de la Comisión de Finanzas y Presupuesto, Ibrahim Kanaan, afirmó que la auditoría forense debe completarse en el Banco Central, a través de una firma internacional.
Al mismo tiempo, consideró la urgencia de completar auditorías penales y contables en los ministerios y departamentos estatales para determinar todas las responsabilidades.
Según expertos, el sector bancario en Líbano está al frente del colapso de la nación, con muchas instituciones prestamistas acusadas de participar en prácticas de lavado de dinero, evasión fiscal y malversación.
Durante casi cuatro años, los bancos en el país impusieron restricciones sobre el dinero de los depositantes en moneda extranjera, especialmente el dólar estadounidense y establecieron estrictos límites para retirar sus fondos en libras libanesas.
En la percepción general de los pobladores, el exgobernador del Banco Central, Riad Salameh, quien finalizó su mandato en julio pasado, junto a una parte de la élite gobernante figuran entre los principales responsables de hundir al país a su peor escenario en la época moderna.
La devaluación de la moneda nacional incidió en los altos precios de los artículos de primera necesidad y la disminución del poder adquisitivo de las personas, para complejizar la realidad económica, financiera, política y social de Líbano, en el contexto de 10 meses de vacío presidencial.
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