De acuerdo con una declaración conjunta, ambas partes crearon un grupo de trabajo compuesto por funcionarios gubernamentales a nivel de viceministros y representantes del sector empresarial con el fin de buscar soluciones para asuntos de negocios específicos.
Este equipo de trabajo sostendrá encuentros dos veces al año, mientras que el ministro de Comercio, Wang Wentao y su homóloga norteamericana acordaron reunirse al menos una vez al año.
Asimismo, las dos partes pusieron en marcha un mecanismo de intercambio de información sobre controles de exportación, el cual funcionará de conformidad con sus respectivas leyes.
Beijing y Washington acordaron además que expertos de ambos países sostengan consultas técnicas sobre la protección de secretos comerciales y de la información empresarial confidencial durante el proceso de mejora de licencias administrativas.
Estos compromisos surgieron del encuentro entre Wang y Raimondo quienes tuvieron «una comunicación racional, franca y constructiva», publicó la agencia local Xinhua.
En ese diálogo, la parte china subrayó que el comercio bilateral es la piedra angular de los nexos entre ambas naciones e influye en la economía global.
«China está dispuesta a trabajar con Estados Unidos para crear un entorno de políticas favorables para la cooperación entre los sectores empresariales de ambos países y promover el comercio e inversión bilaterales, a la vez que defiende los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de ganancia compartida», indicó Wang.
El titular expresó la preocupación por asuntos como los aranceles de Estados Unidos sobre productos chinos, sus políticas acerca de semiconductores, las restricciones a la inversión en ambos sentidos, los subsidios discriminatorios y las sanciones a las empresas chinas.
Según Xinhua, el ministro subrayó que la generalización del concepto de seguridad nacional no favorece los intercambios económicos y comerciales normales.
Por otro lado, recordó que las medidas unilaterales y proteccionistas van en contra de las reglas del mercado y del principio de competencia justa.
Las relaciones entre Beijing y Washington están en el peor momento de su historia debido a la guerra económica de Estados Unidos y su interferencia en asuntos internos como la cuestión de Taiwán.
Actualmente el país norteamericano mantiene restricciones a 27 empresas chinas y una orden de la Casa Blanca limitó aún más las inversiones en los sectores de semiconductores y microelectrónica, tecnología de información cuántica e inteligencia artificial en el gigante asiático.
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