El general Fausto Salinas, comandante de la Policía Nacional, afirmó en rueda de prensa en la tarde de este jueves que aparentemente esos hechos violentos son represalias por las acciones operativas ejecutadas en centros penitenciarios.
Adicionalmente, indicó que en el sector de Cotocollao, en Quito, la víspera dos personas fueron detenidas con objetos explosivos, tipo granada.
Por su parte, el ministro del Interior, Juan Zapata, afirmó que algunos de los detenidos tienen antecedentes penales e, incluso, causas archivadas.
“Como Estado, tenemos que decirles a algunos jueces: ¿Hasta cuándo tenemos que seguir soportando la impunidad?”, cuestionó el titular en referencia a la actitud del poder judicial, que en ocasiones libera a delincuentes capturados.
En esa misma línea se pronunció el ministro de Gobierno, Henry Cucalón, quien hizo un llamado al sistema de justicia a actuar con severidad ante los acontecimientos.
En medio del estado de excepción que rige a nivel nacional, en la noche del miércoles y la madrugada de este jueves detonaron en la capital ecuatoriana dos automóviles.
El primer incidente transcurrió en las calles Robles y Amazonas, en el sector de La Mariscal, y el otro en la avenida 12 de Octubre, cerca de la sede del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).
Ecuador sufre una escalada de la inseguridad, con frecuentes hechos delictivos que en 2022 cobraron la vida a más de cuatro mil 500 personas y el número de muertes violentas se perfila mayor en 2023, de acuerdo con especialistas.
El Gobierno atribuye esa situación a las disputas de bandas delictivas por el control del tráfico de drogas, así como a la respuesta de esos grupos a las operaciones para frenarlos, pero analistas suman a eso el abandono estatal y la falta de políticas de desarrollo social.
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