De acuerdo con el ministerio del Interior británico, la medida está encaminada a restaurar la confianza en las fuerzas de la población, y que regirá los procesos disciplinarios, de investigación y de desempeño de los funcionarios.
Añadió que la medida sigue a una amplia revisión del sistema disciplinario policial que se inició tras la condena de David Carrick, quien pasa 30 años tras las rejas por numerosos delitos sexuales graves cometidos mientras era oficial de policía en servicio.
Bajo el nuevo sistema, un hallazgo de mala conducta grave resultará automáticamente en el despido de un oficial de policía a menos que se den circunstancias excepcionales, al acelerar la destitución de los que no son aptos para servir, sostuvo.
Al comentar sobre el tema, la ministra del Interior, Suella Braverman, afirmó que el público debe tener confianza en que sus oficiales son los mejores, y es por eso que aquellos que deshonran el uniforme no deben tener cabida en la sociedad.
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