A diferencia de días atrás, cuando las declaraciones del ente regional y de los oficiales que defenestraron al presidente nigerino, Mohamed Bazoum, y lo pusieron bajo arresto domiciliario, sonaban a clarinada de guerra, la propuesta del también presidente de Nigeria, lleva un tono conciliador y de aceptación del hecho consumado.
La formulación de Tinubu abre al menos una ventana a la negociación para encontrar una solución a medio camino con la de los golpistas, que proponen una transición de tres años.
El presidente nigeriano afirmó que ese lapso fue suficiente en 1999 al general Abdulsalami Abubakar para el retorno a la vida civil en su país tras el deceso del general Sani Abacha.
Abubakar heredó el poder de Abacha, quien murió con las botas puestas en la mansión presidencial en compañía de dos prostitutas a causa de un colapso cardíaco por excesivo consumo del propulsor sexual Viagra, según la autopsia.
Días atrás Abubakar encabezó una delegación de sabios que viajó a la capital nigerina para convencer a los militares a devolver el poder, terminada en rotundo fracaso.
En este mosaico de iniciativas se inserta la reciente proposición de Argelia, que actúa de mediador en la crisis, de un plazo de seis meses para el retorno del pequeño y empobrecido Níger a los cauces de un gobierno civil.
Llama la atención que ninguna de las soluciones menciona de manera explícita el retorno al sillón ejecutivo del mandatario derrocado, al que se califica de favorable a los intereses de las potencias occidentales en África, demanda constante en los primeros pronunciamientos de la Cedeao,
El relajamiento de las tensiones es bien recibido en la zona pues aleja una posible conflagración causada por la intervención militar de los ejércitos de los países miembros de la Cedeao en la cual se verían envueltas también fuerzas de Burkina Faso y Mali en favor de la junta gobernante en Níger.
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