Ambas figuras y sus acompañantes buscarán definir el cronograma y los temas prioritarios, a pesar de la preocupación reinante debido a las maniobras para sacar del juego político al partido Semilla, ganador de los comicios.
En un principio el ministro de Relaciones Exteriores, Mario Búcaro, informó que el cambio de mando de las autoridades electas para el período 2024-2028 comenzaría el 11 de septiembre.
Sin embargo, tras la confirmación de los resultados de las votaciones por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) el jefe de Estado adelantó su invitación a Arévalo y a su compañera de fórmula, Karin Herrera, para este lunes a las 14:00, hora local.
Esto permitirá a las nuevas autoridades emprender desde el primer día las tareas que tienen por delante y evitar el estancamiento de la administración pública para beneficio de los guatemaltecos, subrayó Giammattei.
Se abren las puertas hacia una transición de gobierno ordenada, transparente y ante todo eficiente, aseveró, justo cuando organizaciones nacionales e internacionales denunciaban el propósito de concretar un golpe técnico a la democracia.
Poco antes del anuncio del TSE el lunes pasado, el registrador de ciudadanos de ese ente, Ramiro Muñoz, acató la orden de un juez y resolvió cancelar la personalidad jurídica de Semilla, calificada de progresista.
La junta directiva del Congreso avivó la tensión el miércoles al declarar independientes a los cinco parlamentarios de esa agrupación a partir de misiva que recibieran del Ministerio Público.
La gravedad de los hechos llevó a que el propio Arévalo denunciara un golpe de Estado en curso por parte de un grupo de políticos y funcionarios que se niegan a aceptar los resultados de los sufragios.
«Estas acciones constituyen un golpe de Estado que es promovido desde las instituciones que deberían garantizar la justicia en nuestro país», enfatizó.
Arévalo pidió a los pueblos de Guatemala, sociedad civil, empresarios y trabajadores, al movimiento popular, a las iglesias y autoridades indígenas y estudiantes integrarse en defensa del respeto irrestricto a la voluntad popular.
Cientos de ciudadanos marcharon el sábado último hasta el Palacio Nacional de la Cultura (sede del Ejecutivo de Guatemala) para exigir la renuncia de la fiscal general, Consuelo Porras, entre otros.
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