Durante la ceremonia en la Plaza de la Revolución de esta capital en la que también asistió la vicemandataria Rosario Murillo, varias instituciones del Estado entregaron placas de reconocimiento a las Fuerzas Armadas nicaragüenses.
Asimismo, se colocaron los grados de coronel, capitán de navío, teniente coronel, capitán de fragata, mayor, capitán de corbeta, capitán, teniente de navío, teniente primero, teniente de fragata y teniente, a un grupo de oficiales que fueron ascendidos al grado inmediato superior.
Como parte de la celebración, el mandatario nicaragüense impuso el grado de general al coronel Lester Milán Gallo, por su destacada labor en el desempeño de sus tareas en el Ejército.
El comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, Julio César Avilés, durante su discurso por la fecha destacó las acciones que impulsan para mantener el país como el más seguro de la región.
Avilés aseguró que en Nicaragua no hay maras (pandillas), y el país no es bodega del narcotráfico, ni existen estructuras criminales del sicariato.
El general de Ejército resaltó el desarrollo de la estrategia de Estado muro de contención que agrupa las principales fuerzas y medios de la institución militar, para evitar el narcotráfico y el crimen organizado.
Mencionó el patrullaje constante en la frontera terrestre, los litorales y los límites marítimos y aéreos, con el objetivo de contener, desviar y capturar la droga que intente ingresar desde el sur al territorio nicaragüense, acciones que sólo el año pasado retuvo unos 400 kilogramos de droga.
Ratificó el compromiso de la fuerza castrense en defensa de la soberanía nacional, y rechazó las campañas mediáticas y sanciones contra la institución por parte de mercenarios que pretenden derrocar al Gobierno.
“Con la dignidad del Ejercito de Nicaragua no se juega”, manifestó.
Las Fuerzas Armadas nicaragüenses nacieron un 2 de septiembre de 1979, primero como Ejército Popular Sandinista y a partir de 1995 como Ejército de Nicaragua.
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