En reportajes publicados en Corriere della Sera, La Repubblica, Il Giornale y otros diarios, entre los más importantes, se resalta que las manifestantes, con los senos descubiertos y portando carteles, criticaron la presencia de Allen y otras figuras del cine, cuestionadas por presuntos delitos sexuales.
Allen se presentó de manera sorpresiva el lunes último en la sala donde se exhibió su más reciente cinta, Coup de chance, bien recibida por el público y la crítica cinematográfica en este festival, y enfrentó sin inmutarse los ataques mientras firmaba autógrafos y saludaba a más de 500 admiradores que también lo esperaban.
«Este año la Bienal de Cine de Venecia ha optado por dar espacio a los directores implicados en casos de violencia sexual contra mujeres, incluidas menores”, señala un folleto distribuido durante la manifestación, en referencia a destacados cineastas como Woody Allen, Roman Polanski y Luc Besson, destaca el diario Il Giornale.
“Las disculpas, propuestas por el director de la muestra, Alberto Barbera, siguen el viejo guion de la distinción entre el hombre, responsable ante la ley, y el artista que por su genio nunca podrá ser juzgado como superior y libre de responsabilidades terrenas”, añade el documento.
Esta fue la primera aparición de Allen en un festival internacional, desde que asistió al de Cannes en 2016, para presentar su película Café Society, pues poco después dejó las apariciones públicas al reavivarse las acusaciones en su contra por supuesto abuso sexual de su hija adoptiva, Dylan Farrow, agrega la fuente.
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