De esa cifra de fallecidos, 21 se reportaron en la división territorial y uno en Santa Catarina.
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, precisó a la prensa que se encontraron 15 cadáveres tras bajar el nivel del agua en el municipio de Muçum, donde residentes tuvieron que ser rescatados en la parte superior de tejados y revestimientos de casas.
Por razones de seguridad, la energía eléctrica de la localidad fue cortada y tampoco hay señal de teléfono. El distrito posee cuatro accesos por carreteras y todos están prohibidos.
De acuerdo con la Defensa Civil estadual, cinco aviones realizaron rescates en el valle de Taquari. Parajes de Muçum, Roca Sales, Lajeado, Cruzeiro do Sul tenían personas en situación de riesgo para el auxilio.
Con las aguas bajando, la entidad cree que puede subir el número de víctimas fatales en las próximas horas.
Persiste la preocupación por el retorno de las precipitaciones el jueves, pues el suelo sigue húmedo y hay riesgo de nuevos deslizamientos de tierra, alerta la Defensa Civil.
El Gobierno del estado confirmó que 62 municipios fueron afectados y más de 25 mil personas resultaron damnificadas.
Ante el dantesco escenario, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva determinó que un equipo del Gobierno federal desembarcara en Rio Grande do Sul para analizar medidas que ayuden al estado a superar el paso del ciclón.
Comunicó que su administración está lista para ayudar en lo que sea necesario y consideró que el temporal resulta una advertencia sobre la gravedad de los efectos del cambio climático.
«En este momento el foco está en rescatar a las personas y evitar nuevas pérdidas de vidas. Estamos buscando el apoyo de la Defensa Civil Nacional, especialmente con respaldo de las Fuerzas Armadas, pues muchos rescates se realizan por medio aéreo», explicó por su parte Leite.
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