Los artefactos explosivos fueron activados a una altura de mil 345 metros sobre el nivel del mar por grupos dedicados a la minería ilegal, en desafío al ordenamiento jurídico del país y en detrimento del medio ambiente, escribió en la red social X el comandante Domingo Hernández Lárez.
La cima del Parque Nacional Yapacana, estado de Amazonas, y todo el territorio aledaño –explicó el militar- son zonas de permanencia prohibida, pero persisten allí gran cantidad de mineros ilegales, mil 200 de los cuales fueron desalojados por las FANB y ocho de ellos detenidos.
También los efectivos del organismo militar bolivariano expulsaron desde julio de la Amazonía a unos 10 mil 200 de esos delincuentes y destruyeron campamentos usados como “bases de operaciones” por grupos organizados para el tráfico de oro, drogas y la trata de personas.
Los operativos incautaron armas de fuego, municiones, granadas y otros materiales explosivos tales como una trampa con detonador y clavos, así como equipos de comunicaciones, uniformes, paneles solares y combustibles.
Las acciones de esos grupos delictivos desmantelados –explicó el comandante Hernández Lárez- comprenden daños a las poblaciones autóctonas, apartadas de forma violenta de sus costumbres de preservación de la naturaleza en sus lugares de residencia.
Los sitios de operación de esas bandas expulsadas de sus cuarteles generales incluyeron la destrucción de 57 estructuras usadas para la minería ilegal en el parque Yapacana.
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