Cada vez más personas intentan llegar a ese país a través de Polonia por la ruta de la República Checa y Eslovaquia, afirmó la fuente.
Este año detuvimos a unos 500 desplazados, añadió, al explicar que en los últimos dos años los guardias fronterizos polacos no controlan las fronteras internas de la Unión Europea, sino que realizan allí sólo controles selectivos.
Desde principios de año, el número de personas detenidas en el confín con Eslovaquia aumenta constantemente, asevero Michalska, al detallar que en enero, sólo tres personas fueron detenidas allí, en mayo, 22, y en agosto, 163.
Autoridades locales refieren, que los controles en la frontera polaco-alemana permitieron detener este año a 807 extranjeros que intentaron entrar ilegalmente en Alemania.
Los detenidos no son refugiados que buscan asilo en el primer país seguro, son migrantes económicos que atraviesan media Europa hacia el Estado que habían planeado, explicó Michalska.
Según los medios polacos, la ruta de los Balcanes comienza en Bulgaria, desde donde los desplazados entran a la República Checa y Eslovaquia a través de Rumanía y Hungría.
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