De acuerdo con el canal panárabe Al Mayadeen, la intensidad de los enfrentamientos disminuyó tras los contactos políticos entre las fuerzas palestinas y libanesas para detener la rivalidad.
La Autoridad de Acción Conjunta Palestina en Líbano pidió un alto el fuego y llamó a permitir a las fuerzas de seguridad en Ein al-Hilweh y en la sureña Saida cumplir con sus deberes.
El 29 de julio, el campamento fue testigo de violentos combates entre el movimiento Fatah y grupos extremistas, después de una operación de asesinato dirigida a un funcionario de una de las organizaciones, llamado Abu Qatada.
Los enfrentamientos aumentaron en la zona de refugiados tras el fallecimiento del comandante de las Fuerzas de Seguridad Nacional Palestinas en Saida, Abu Ashraf Al-Armushi, y cuatro de sus compañeros.
Según reportes de entidades de las Naciones Unidas, el conflicto provocó al menos 13 muertos, la mayoría militantes; además del desplazamiento de más de 20 mil personas, entre ellas 12 mil niños.
El campamento de Ein al-Hilweh es el más grande de los 12 asentamientos de palestinos en Líbano con alrededor de 80 mil ciudadanos, de un total de 250 mil por toda la nación.
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