Determinada literatura jurídica indica que tal acción se trata de un pacto entre el acusado y el Ministerio Público (acusador), y el primero colabora con las investigaciones.
O sea, el delator renuncia a su derecho al silencio y en cambio recibe una ventaja, que puede variar de acuerdo con el grado de su colaboración.
Según el portal G1, para la aprobación final de esa confidencia, la Fiscalía General todavía debe determinar las condiciones bajo las cuales el compromiso se hará oficial.
La eficacia de la denuncia premiada está condicionada a la validación por el Supremo Tribunal Federal (STF).
El sitio asegura que, por su propia voluntad, Cid fue al STF al final de la tarde del miércoles para confirmar que hará la denuncia.
Bajo ese escenario, el juez Marco Antonio realizó una audiencia con el alto oficial y su abogado para comprobar si el edecán de Bolsonaro realmente quería hacer la acusación ante la fuerza del orden público.
Ahora, el ministro Alexandre de Moraes, del Supremo, analizará si se aprueba o no la delación.
De acuerdo con los investigadores, el exayudante, preso desde el 3 de mayo, es sospechoso de participar en el intento de traer de manera irregular a Brasil joyas recibidas por el Gobierno de Bolsonaro, como regalos de Arabia Saudita.
Asimismo, de intentar vender ilegalmente los presentes que recibió la administración del político ultraderechista por delegaciones extranjeras en viajes oficiales.
Cid también figura involucrado en un supuesto fraude de tarjetas de vacunación antiCovid-19 de su antiguo jefe e hija de 12 años.
Por otra parte, el teniente coronel presuntamente participó en tratativas sobre una posible invasión del sistema del Consejo Nacional de Justicia por el pirata cibernético Walter Delgatti, para desacreditar el sistema judicial brasileño.
Los indagadores igualmente quieren corroborar si Cid asistió a negociaciones sobre un posible golpe de Estado, a raíz de la victoria electoral y asunción al poder del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Respecto al inesperado soplo, Fabio Wajngarten, abogado de Bolsonaro, rasgueó en la red social X (antiguo Twitter) que «no hay que delatar».
En audiencias en la PF y la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre los actos golpistas del 8 de enero en esta capital, Cid optó por el silencio.
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