En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, la alta dirigente consideró un honor participar en este recorrido visual donde en su opinión se aprecia el arte de la fotografía, la rehabilitación del patrimonio y la conservación que Eusebio Leal siempre defendió.
Hemos visto la imagen de La Habana tan bella, La Habana colonial, la actual y la recuperada en el tiempo, hemos visto el arte de los fotógrafos captando ese momento importante mientras el rayo del sol se filtra por un agujero.
Toda la multitud de bellezas que posee esta ciudad, desde los centros más cerrados hasta los más abiertos, es la expresión del fotógrafo de diferentes formas, destacó.
Es una belleza, pero además es un homenaje a Eusebio de La Habana que tanto batalló por conservarla y es la continuidad de las nuevas generaciones pues dos jóvenes muchachas realizaron la apertura de este sitio tan lindo, nada nos es indiferente. Es un digno homenaje a Eusebio, a La Habana, y a Cuba, finalizó.
Desde que se comenzó a organizar la muestra, exhibida en la Galería Fiñes, las premisas fueron conmemorar su vida, hacerlo sentir participe de este momento y que fuera una propuesta que él disfrutara como si estuviera caminando por la galería, manifestaron sus organizadoras.
Indiferente a nada recoge imágenes de obras restauradas y emplazadas por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, una muestra pequeña de la titánica labor desarrollada por Eusebio Leal y sus colaboradores a lo largo de cinco décadas de trabajo, ampliaron.
El título de la exposición hace referencia a una entrevista concedida por Leal a la periodista Magda Resik en el año 1995, en ella el historiador calificó a los cubanos como seres apasionados, indiferentes a nada.
La muestra alberga la belleza, el talento y la estética de los artistas del lente Omar Sanz, Joel Guerra, Néstor Martí, Roberto Chile, Alexis Rodríguez, Julio Larramendi, Jorge García y Adrián Juan Espinosa, quienes compartieron momentos de la vida de Eusebio Leal.
Posterior a la inauguración, se llevó a cabo una cantata en el Jardín Las Carolinas a este hijo eterno de La Habana, ciudad que resguarda en sus calles, jardines y monumentos las huellas de su paso firme y constante, de esa voz pausada que cautiva aún desde el recuerdo.
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