Impulsada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la jornada procura crear conciencia sobre esta situación que afecta no sólo a los individuos, sino también a las familias, las comunidades y las sociedades.
Cerca de 100 mil muertes anuales por suicidio se registran en las Américas, lo que constituye una importante preocupación de salud pública, de acuerdo con informes de la Organización Panamericana de la Salud.
La región experimentó un aumento del 17 por ciento en la tasa de suicidio entre 2000 y 2019, porcentaje que la convierte en la única zona de la OMS que reportó un acrecentamiento en ese periodo.
Según los especialistas, en 2019 el suicidio fue la cuarta causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años en todo el mundo.
Se registran más intentos de suicidio en las mujeres, pero los hombres son quienes más concretan el acto: por cada mujer que muere por suicidio en la región lo hacen 3,5 hombres.
Pruebas disponibles indican el impacto desproporcionado del suicidio entre los grupos en situación de vulnerabilidad como las poblaciones indígenas y las personas LGBTQI+.
La pandemia de la Covid-19 exacerbó muchos de los factores de riesgo del suicidio, como el desempleo, la inseguridad financiera y el aislamiento social, por lo que los organismos sanitarios destacan que el abordaje de esta situación requiere un esfuerzo colectivo.
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