Para el funcionario de la mayor organización internacional, en los últimos meses, los avisos urgentes se han convertido una y otra vez en realidades letales por lo que ya no se necesitan más avisos. “El futuro distópico ya está aquí”, subrayó.
Türk destacó en la apertura del Consejo de Derechos Humanos el estrecho vínculo que existe entre los derechos humanos y el desarrollo sostenible, ya que aquellos no pueden existir sin este.
Ejemplificó que los países del Sahel dejan a sus poblaciones luchando por la supervivencia diaria, donde los efectos devastadores del cambio climático, la falta de inversión en servicios esenciales y la debilidad de la gobernanza son fuentes de las que se nutre el extremismo violento.
El responsable de derechos humanos de la ONU advirtió que no dejar a nadie atrás no es un eslogan vacío, es un plan de acción con el espectro de todos los derechos humanos, al tiempo que lamentó como el mundo está «traicionando su promesa de acabar con el hambre y la pobreza para 2030».
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, unos 600 millones de personas sufrirán desnutrición crónica al final de la década, a pesar de los ingentes recursos financieros y tecnológicos disponibles en el mundo.
También subrayó que mil 200 millones, casi la mitad de ellas niños, viven actualmente en una pobreza aguda y corren el riesgo de que se les unan millones más como consecuencia del cambio climático, según las previsiones del Banco Mundial.
Al respecto, Türk pidió una acción climática basada en los derechos humanos y financiada de forma efectiva para ayudar a las naciones en desarrollo a adaptarse a los efectos de la crisis climática, a la que han contribuido tan poco, y compensar los daños causados.
Además, destacó la necesidad de una eliminación rápida y equitativa de los combustibles fósiles, y acogió con satisfacción el estudio de medidas para garantizar la rendición de cuentas por los daños medioambientales, así como la propuesta de incluir el delito internacional de ecocidio en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, respaldada por la ONU.
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