Los recursos lanzados por la OMS brindan orientación importante sobre dos áreas que son fundamentales para los esfuerzos preventivos: la despenalización y los intentos de suicidio y la información responsable sobre el tema por parte de los medios de comunicación, explicó Dévora Kestel, directora de Salud Mental y Uso de Sustancias de este organismo.
“Cada muerte por esa causa es una tragedia y se debe hacer más para fortalecer la prevención”, apuntó Kestel.
En las legislaciones de al menos 23 países el suicidio y los intentos de cometerlo están tipificados como delito.
Según los expertos la criminalización perpetúa un entorno que fomenta la culpa hacia las personas que intentan quitarse la vida y las disuade de buscar ayuda oportuna por temor a las repercusiones legales y al estigma.
Basándose en las experiencias de países que recientemente han despenalizado estos hechos, el informe de políticas de la OMS sobre los aspectos sanitarios de la despenalización y los intentos de suicidio establece recomendaciones para los responsables de formulación de políticas, legisladores y otros decisores que están considerando reformas en esta área.
Estas se centran en el desarrollo de estrategias nacionales de prevención, y presupuestar la capacitación posterior a la despenalización para los socorristas de primera línea.
A esto añaden establecer servicios de salud mental comunitarios y orientados a los derechos, formular nuevas leyes y políticas relacionadas con la salud mental que promuevan la atención de calidad y los derechos de las personas con problemas de esa naturaleza y discapacidades psicosociales.
Para Nathalie Drew, Oficial Técnica de la OMS, criminalizar el suicidio solo sirve para exacerbar la angustia de la gente.
El informe de políticas también establece cómo la despenalización salva vidas al reducir el estigma y la vergüenza asociados con el suicidio y promover un entorno donde las personas se sienten capaces de buscar ayuda.
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