Dada la importancia del proceso tras meses de crispación política y en las calles, la audiencia es trasmitida en vivo para el país.
Controlado por la alianza de derecha que respalda al primer ministro Benjamin Netanyahu, la Knesset (Legislativo) eliminó la llamada cláusula de razonabilidad, que permitía a la justicia israelí revisar y revocar decisiones gubernamentales.
Esa fue la primera de las múltiples normas judiciales que el Ejecutivo espera cambiar, pese a la ola de protestas de numerosos sectores que sacuden a esta nación desde inicios de año.
El proyecto incluye restricciones a la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes al permitirle al Parlamento volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
Además, permitiría al Gobierno de extrema derecha controlar el nombramiento de los magistrados.
El portal noticioso Arutz Sheva alertó que la sentencia sobre el caso podría extenderse hasta principios de 2024.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, estimó que el Supremo carece de autoridad para abordar el tema, tesis rechazada por Yair Lapid, jefe de la oposición y ex primer ministro.
Desde principios de año diversos sectores, desde médicos, universidades hasta sindicatos y empresarios, realizan protestas masivas en diversos puntos de la geografía nacional para denunciar la reforma, defendida por la derecha.
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