
Las partes coincidieron en que los «lazos sino-venezolanos siempre han sido sólidos» desde la apertura de relaciones diplomáticas el 28 de junio de 1974, y en especial a partir del establecimiento de la Asociación Estratégica Integral el 14 de julio de 2014, pese a las vicisitudes internacionales.

Convinieron, además, en ampliar la cooperación práctica binacional en los diversos ámbitos y fortalecer la colaboración estratégica en los asuntos internacionales, en beneficio de sus pueblos y promover conjuntamente la construcción de la comunidad de futuro compartido de la humanidad.
Asimismo, manifestaron que como “íntimos amigos de confianza mutua, socios de desarrollo común y entrañables compañeros de colaboración estratégica”, reafirmaron el apoyo recíproco en los temas tocantes a sus respectivos intereses vitales.
China manifestó su firme apoyo a los esfuerzos de Venezuela por defender su independencia, soberanía y dignidad nacional, estabilidad social y económica y derecho a la autodeterminación, inspirada en el legado de El Libertador, Simón Bolívar.
Mientras la República Bolivariana reiteró su firme adhesión al principio de una sola China, reconociendo que Beijing es el “único Gobierno legítimo que representa a toda China, y Taiwán forma parte inalienable del territorio chino”.
En ese sentido, las partes coincidieron en rechazar categóricamente la intervención por parte de cualquier fuerza extranjera en sus asuntos internos bajo el pretexto que fuere.
Los gobernantes coincidieron en que los diálogos y las negociaciones son la única salida viable a la crisis de Ucrania, y llamaron a que «todos los esfuerzos conducentes a la solución pacifica de la crisis deben ser alentados y apoyados».
Valoraron en la declaración conjunta el importante papel del Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en la promoción de las relaciones entre esa nación y América Latina y el Caribe, y expresaron su disposición de fortalecer la comunicación y la coordinación en esa dirección.
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