En conferencia de prensa también se acordó festejar las tres décadas de instituida la fundación que lleva el nombre del notable literato cubano, considerado por la crítica uno de los escritores fundamentales del siglo XX en lengua española.
Carpentier influyó de manera notable en la literatura latinoamericana durante su período de auge y fue uno de los artífices de la renovación poética en esta región, en particular, a través de un estilo que incorporó varias dimensiones de la imaginación con el propósito de recrear la realidad.
Dichos elementos contribuyeron a su formación y uso de “lo real maravilloso”.
Con el establecimiento de la comisión para homenajear al excelso novelista se abre el abanico de actividades con amplia agenda durante todo un año, y dignificar la figura y el legado de quien fungió, además, como periodista y musicólogo, área en la cual realizó importantes investigaciones.
Sin embargo, alcanzó la fama gracias a su fecunda actividad literaria.
Por mucho tiempo se creyó que Carpentier había nacido en esta capital, pero su partida de nacimiento fue encontrada en Suiza años después de su muerte y demostró que nació en Lausana, pero la familia se mudó a La Habana por interés del padre en la cultura hispánica.
Carpentier formó parte en 1923 de la Protesta de los Trece junto al Grupo Minorista. Conoció al muralista mexicano Diego Rivera, se implicó en el vanguardismo cubano y entabló amistad con sus figuras principales.
La vida en Francia enriqueció su mundo y lo introdujo a nuevas técnicas literarias y funciones expresivas.
Realizó un viaje de descubrimiento del mundo americano, recorriendo Haití y México lo cual llamó “lo real maravilloso” y producto de esa experiencia nació su obra “El reino de este mundo”, publicada en México en 1949.
Una de sus más grandes obras es “El siglo de las luces”, publicada en 1962, una novela histórica ambientada en la etapa de la Revolución Francesa, aunque desarrollada en el Caribe.
Otras creaciones relevantes de su actividad literaria fueron “El derecho de asilo”, “Concierto barroco” y “El recurso del método”, 1972.
La Universidad de La Habana le concedió el título de Doctor Honoris Causa en Lengua y Literatura Hispánicas, y recibió el premio internacional Alfonso Reyes.
Se le confirió, además, el Premio Mundial “Cino del Duca”, cuya dotación donó al Partido Comunista de Cuba.
Carpentier falleció en París en abril de 1980, mientras desempeñaba funciones diplomáticas.
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