La convocatoria partió de la Alianza Mundial de Oxígeno previo al comienzo de las tres Reuniones de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Prevención, Preparación y Respuesta ante Pandemias, Cobertura de Salud Universal y Tuberculosis, programadas del 20 al 22 de septiembre próximos.
En ella pide a los líderes mundiales que garanticen que la Resolución de la Asamblea Mundial de la Salud de 2023 sobre el aumento del acceso al oxígeno médico, adoptada por los 194 estados miembros de la Organización Mundial de la Salud, se refleje en las agendas de cobertura de salud universal, preparación, prevención y respuesta ante pandemias, y tuberculosis.
El oxígeno médico es un medicamento esencial que salva vidas y no tiene sustituto, es utilizado para tratar tanto enfermedades respiratorias agudas como crónicas, incluyendo la Covid-19 y neumonía.
Es fundamental para cirugías, traumas, situaciones de emergencia, cuidados críticos y para el tratamiento de personas mayores, embarazadas con complicaciones obstétricas y recién nacidos con dificultad respiratoria.
Además, puede contribuir al manejo de infecciones oportunistas relacionadas con infección avanzada por VIH y formas graves de tuberculosis y malaria, así como enfermedades no transmisibles como la pulmonar obstructiva crónica y las cardiovasculares.
La grave escasez de oxígeno médico ha sido un problema durante décadas en muchos países de renta baja y media, y menos del 50 por ciento de los centros de salud tienen acceso ininterrumpido a este medicamento.
Según los expertos, esto tiene consecuencias mortales para los más vulnerables, por ejemplo, de los 7,2 millones de niños con neumonía que necesitan oxígeno médico de manera crítica cada año en los países de renta baja y media, solo uno de cada cinco lo recibirá.
La pandemia de la Covid-19 exacerbó estas carencias crónicas, provocando muchas muertes evitables y poniendo a prueba unos sistemas de salud que ya eran frágiles.
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