En julio pasado el PE y las autoridades tunecinas firmaron un acuerdo, anunciado a bombo y platillo según el cual el país del Magreb reducirá la salida de su territorio de migrantes indocumentados con rumbo a Europa a cambio de una ayuda económica cuyo monto es desconocido.
La causa del veto tunecino parece radicar en el propósito de la visita del grupo de cinco legisladores, descrito como “para entender mejor la presente situación política y comprender el acuerdo”.
Para el gobierno del presidente Kais Saied el objetivo de la visita puede haberle sonado a intromisión en sus asuntos internos y decidió cortar por lo sano; los diputados europeos reaccionaron con la petición expresa de suspender el pacto migratorio y, por supuesto, la transferencia de los fondos.
En la actualidad el acuerdo está en el limbo y lo único claro de la situación es que la delegación tiene prohibida la entrada a lo que alguna vez fue Cartago.
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