En la reunión de jefes de Estado y Gobiernos que se desarrolla en La Habana, el mandatario centroamericano reconoció el espíritu de unidad y solidaridad que prevalece en este amplio y decisivo grupo de naciones.
Esa misma convicción está contenida en la Declaración que –dijo- seguramente los dignatarios y representantes de delegaciones suscribirán al término de la reunión del bloque, que alberga al 80 por ciento de la población mundial.
Ortega recordó que aunque ya han transcurrido más de 170 años de la independencia de varias naciones del hemisferio, el enemigo continúa siendo el mismo pero en la actualidad con el nombre y la agresividad de los Estados Unidos de Norteamérica.
Respecto a su país, aseveró que, al igual que Cuba y Venezuela, resiste con estoicismo y creatividad de su pueblo las enbestidas de esa potencia imperial. “No vivimos en un lecho de rosas”, advirtió.
En ese contexto, el mandatario sandinista rechazó la aplicación de leyes de coerción con impacto extraterritoriales, que socavan los principios de Naciones y Unidas y el derecho internacional, lo que se manifiesta con particular ensañamiento en Cuba, en esas tres naciones latinoamericanas.
Reafirmó el compromiso de fortalecer la unidad del G77 y China en aras de alcanzar sus objetivos, sobre la base del principio de que el respeto al derecho ajeno es la paz.
Señaló que el mundo vive un conjunto de problemáticas recogidas en la declaración de esta cumbre, para las cuales no existe una hoja de ruta clara para contrarrestarlos. “Estamos en un mundo desigual con una hegemonía capitalista”, denunció.
Sin embargo, el jefe de Estado nicaragüense manifestó su convicción que los estados partes del G77 y China trabajen unidos por una “una comunidad de futuro compartido para la humanidad”.
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