En la apertura de la cumbre del bloque, que se desarrolla durante viernes y sábado en el Palacio de Convenciones de La Habana, el mandatario destacó que esta cita ocurre en momentos en que la humanidad ha alcanzado un potencial científico-técnico inimaginable hace un par de décadas.
De acuerdo con Díaz-Canel, ello implica una capacidad extraordinaria para generar riqueza y bienestar que, en condiciones de mayor igualdad, equidad y justicia, podría asegurar niveles de vida dignos, confortables y sostenibles para casi todos los pobladores del planeta.
En ese sentido, sostuvo que estamos ante la mayor revolución científico-técnica que ha conocido la humanidad, con un progreso tecnológico que ha permitido conectar al mundo y dotado al género humano de capacidades insospechadas para mejorar sus condiciones de vida.
Sin embargo, lamentó que estas posibilidades no están al alcance de todos, pues, lejos de convertirse en herramientas para cerrar la brecha del desarrollo, tienden a convertirse en armas para profundizar esas diferencias y proteger el sistema de explotación y saqueo que durante varios siglos ha alimentado la riqueza de las antiguas potencias coloniales.
Eso explica que, en medio del más colosal desarrollo científico-técnico de todos los tiempos, el mundo haya retrocedido tres décadas en materia de reducción de la pobreza extrema y se registren niveles de hambruna no vistos desde 2005; y que en el sur más de 84 millones de niños permanezcan sin escolarizar y más de 660 millones de personas sin electricidad, ejemplificó.
Tenemos el deber de intentar cambiar las reglas del juego y solo lo lograremos si movilizamos la acción conjunta, manifestó el presidente de Cuba ante las más de 100 delegaciones participantes en la Cumbre del G77 y China, que incluye a decenas de jefes de Estado y de Gobierno.
Al mismo tiempo, el mandatario cuestionó el funcionamiento del actual orden económico internacional y señaló que el sur pareciera destinado a vivir de las migajas que el actual sistema tiene reservadas para él.
Recordemos que muchas de las singulares naciones representadas en el G77 y China escribieron impresionantes páginas de creatividad y heroísmo en la historia de la humanidad, antes de que la colonización y el saqueo empobrecieran los destinos de una parte de ellas, manifestó.
Recuperemos ese espíritu de lucha, el conocimiento tradicional, el pensamiento creativo y la sapiencia colectiva, añadió Díaz-Canel, quien pidió luchar por el derecho al desarrollo, “que es también el derecho a existir como especie”.
“Solo así estaremos en condiciones de concurrir a la revolución científico-técnica en pie de igualdad. Solo así seremos capaces de ocupar el lugar que nos pertenece en este mundo donde nos pretenden relegar a la condición de mansos aportadores de riqueza para minorías”, consideró.
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